Odio tus silencios porque omites,
odio esa mirada tan tierna, nerviosa y sutil porque desapareces detrás de ella,
tus infantiles no sé, tus excesivos si y tus malditos e irrefutables no.
Odio abrazarte porque es como abrazar la almohada,
odio que estés tan cerca y desconocida,
odio no descifrar lo qué pasa en tu cabeza pero saber que lo que pasa en tu cama,
que me incluyas en tus sueños y no en tu vida,
odio esa risa que oculta la verdad entre tus dientes,
odio esa irritante perfección que simulas,
esa capa de bondad sobre todas tus demás capas,
ese perfume de vulnerabilidad sobre tu piel,
pero lo que más odio con cada fragmento de mi medula
odio esa mirada tan tierna, nerviosa y sutil porque desapareces detrás de ella,
tus infantiles no sé, tus excesivos si y tus malditos e irrefutables no.
Odio abrazarte porque es como abrazar la almohada,
odio que estés tan cerca y desconocida,
odio no descifrar lo qué pasa en tu cabeza pero saber que lo que pasa en tu cama,
que me incluyas en tus sueños y no en tu vida,
odio esa risa que oculta la verdad entre tus dientes,
odio esa irritante perfección que simulas,
esa capa de bondad sobre todas tus demás capas,
ese perfume de vulnerabilidad sobre tu piel,
pero lo que más odio con cada fragmento de mi medula
y cada centímetro de mis entrañas
es
ser tuya y no tenerte.